A ERNESTO

Éramos dos soledades, dos soledades en el camino del duelo, sabíamos que la vida nos había golpeado una y otra vez, pero así y todo seguíamos, acostándonos en una esquina a ver pasar la gente, que alguna vez nos daño.Éramos dos soledades una con el corazón roto de amor, otra con el corazón roto por vejez, una ciega de amor ,otro ciego de la vida, dos soledades y un día esas soledades se encontraron en un pasaje, como si el pasaje nos llevara a mas, y ahí estabas y ahí estaba los dos nos miramos y enseguida pensamos que puedo hacer por vos, tan débil , tan chiquito , tan chiquita , y nos acompañamos, me acompañaste a mi casa ,que ahora es mas tuya que mía y tu amor cambio mi vida, y mi amor espero que la tuya. Nunca se sabe lo que puede cambiar la vida de uno, lo que si se es que un perro, mi perro, Ernesto con su vejez con su sabiduría, con su amor y fidelidad solo hizo que mi corazón se curara con su carño y confianza. Por eso te amo, no se si sos perfecto, pero yo tampoco, y tampoco venimos del mejor lugar, y tampoco se a donde vamos, pero lo que es seguro es que ya somos una soledad, no mas dos. O quizás ninguna.

Mariana del Caño a Ernesto mi perro, mi compañero mi amigo.



Marian, amiga, le estas regalando los mejores años de su vida, Ernest te ama y el poder apreciar el amor incondicional de los perros es una de las mejores cosas que te puede pasar.